El gobierno de Bolivia fue derrocado por un golpe de estado. El golpe contó con el apoyo de vastos sectores de la sociedad, particularmente de clases medias urbanas que venían beneficiándose o, aún más, que nacieron con los gobiernos de Evo Morales. Cierto desprestigio de Morales al lograr revertir judicialmente el resultado del Referéndum y el reciente informe de la OEA sobre las elecciones fortalecieron la oposición. La inacción policial, transformada luego en apoyo activo, fue decisiva para el golpe. Los militares dieron el tiro de gracia al “sugerir” la renuncia de Evo. Estos episodios generaron una nueva situación en Bolivia. Luis F. Camacho se perfila como el nuevo Bolsonaro. Debe aclararse que existe consenso sobre el hecho que Morales ganó las elecciones. Lo que estuvo en discusión fue si logró una diferencia de diez puntos sobre su opositor principal para evitar la segunda vuelta donde sus posibilidades de ganar disminuían sensiblemente.
De una buena gestión a una caída en legitimidad
Los años de Evo Morales fueron los mejores años de la historia de Bolivia en materia económica, en progreso social, en muchos aspectos institucionales incluidos corrupción que no alcanzó a su gobierno como un todo ni a sus figuras principales. El país también había alcanzado una estabilidad política envidiable solo quebrada en los últimos años y, por supuesto, por el golpe mismo. El gobierno perdió una parte sustancial de su legitimidad cuando recurrió a la Suprema Corte para revertir el resultado del Referendum sobre su reelección, la que había perdido por algunos puntos. Morales había comenzado a redefinir una agenda para el futuro, aunque con carencias.
La economía de Bolivia creció sostenidamente bajo Morales, 4-5 % anual. El boom de precios en materias primas sin dudas ayudó pero el gobierno administró bien esa ventaja tomando control de los minerales y usando inteligentemente su renta. La pobreza extrema bajó a la mitad, a un 17 %; los indicadores sociales mejoraron, particularmente el acceso a la educación y a la salud. Se logró superávit en el las cuentas fiscales y externas hasta que eso se revirtió los últimos años. Dichos deficits, sin embargo, fueron bien manejados en mi opinión: la inversión pública alcanzó un 13-14% del PBI reflejando la inversion en infraestructura (en Argentina la inversion publica desde 2016 no llega al 4 % del PBI). El deficit global del sector público es de algo menos del 7 %, esto es incluyendo pagos de intereses de deuda. O sea, las inversiones duplican el deficit y son financiadas con deuda a largo plazo. La deuda pública exterior no llega al 25 % del PBI, mayormente con organizaciones internacionales (Banco Interamericano y otros). El servicio de la deuda es sostenible. No existen deudas con el FMI. La inflación es de alrededor del 4 % anual[1].
Bolivia enfrenta algunos desafíos importantes en los que el gobierno de Evo Morales mostró debilidades. En lo que respecta al medio ambiente aprobó leyes y medidas que lo ponían a la vanguardia en el tema, incluyendo la protección de determinadas areas. Sin embargo, muchos proyectos de hidrocarburos, represas y rutas en zonas sensibles contradecían esa politica global[2]. El desarrollo urbano muestra una expansion inusitada de barrios cerrados. Ese tipo de desarrollo suele impactar negativamente en el medio ambiente[3] encarece los costos privados y sociales de la infraestructura asociada y no contribuye a la integración social. Debe reconocerse que los problemas ambientales presentan dilemas muy difíciles a cualquier gobierno, mucho más en un país subdesarrollado donde las demandas son formidables.
Hubo ocasionales acusaciones de corrupción, comunes a todos los procesos politicos. Esas denuncias no tuvieron credibilidad por lo que no constituyeron un tema central del golpe de estado. El Poder Judicial no goza de confianza popular; las cárceles son deficientes y alrededor del 70% de los presos no tienen condena. Pero el debate publico ha sido robusto y las acusaciones más graves contra la libertad de prensa se concentraron en las fuertes refutaciones del gobierno a periodistas que formulaban opiniones o proporcionaban informacion que consideraban errónea. También se acusó al gobierno de discriminar en la distribución de los avisos gubernativos en contra de los medios que lo atacaban[4], algo muy común en Sudamérica. Pero es obvio que los gobiernos tienen derecho a cuestionar al periodismo sobre información falsa o sesgada o sobre apreciaciones respecto a políticas públicas, particularmente cuando la mayor parte de la prensa es opositora.
El Golpe y algunos impactos
Debe reconocerse que cuando los militares le “sugirieron” a Morales renunciar, la situación del gobierno era ya insostenible. La extensión de las protestas, los desmanes, amenazas y secuestros, la adhesión abierta de policias a las protestas, el silencio sugestivo del Secretario de la OEA, todo hacía pensar que el desenlace era inevitable. La aceptación por el gobierno de llamar a nuevas elecciones no satisfacía a la oposición que simplemente quería derrocar al gobierno. La reunión reciente del Comité Permanente de la OEA en Washington decidió no aceptar la idea de que hubo un golpe de estado, algo muy inusual. Es más, su Secretario culpó al propio Morales de ser golpista y habló de fraude electoral. El informe de auditoria de la OEA no llega a calificar las elecciones de fraudulentas, si de contener irregularidades graves[5]. El informe se basa en una muestra limitada desde que la documentación electoral de los lugares mas poblados, como Santa Cruz, fueron incendiados por opositores a Morales. Informes técnicos posteriores contradicen al de la OEA[6]. Agreguemos que siendo Bolivia un país con minerales estratégicos como el litio, es muy posible que detrás del golpe haya intereses poderosos más interesados en el litio que en otra cosa[7]. No sería la primera vez que ello sucede.
Las protestas contra el gobierno han promovido al líder del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis F. Camacho en detrimento del entonces candidato opositor y segundo en los resultados electorales, Carlos Mesa. En efecto a medida que las protestas se agravaban, la figura de Camacho crecía y la de Mesa se diluía. Camacho proviene de una familia importante de Santa Cruz que se beneficiaba del negocio del gas hasta que Evo Morales nacionalizó la actividad. Camacho fue mencionado en los Panamá Papers[8], el lugar preferido por los evasores de impuestos. Promovió la violencia contra el MAS acompañada de exhortaciones ultra-religiosas, no carentes de demagogia. Su juventud lo favorece. Es probable que se haya convertido en una figura influyente en la nueva situación. Se perfila como un nuevo Bolsonaro.
Es probable que el MAS haya quedado muy herido. Sus militantes han sufrido amenazas, casas quemadas, humillaciones. Muchos se vieron obligados a renunciar a los cargos que detentaban. Hasta se pide la proscripción del MAS. El alejamiento de Evo y Linera lo priva de sus líderes de primera línea. En un nuevo contexto represivo, no se excluye que muchos de ellos sean procesados. Les será muy difícil competir si las elecciones tienen lugar pronto. El desprestigio del MAS entre sectores de las clases medias urbanas puede haberse fortalecido. Tal como dijimos antes el desprestigio se asocia mayormente a la revision judicial de los resultados del Referéndum, al informe de la OEA sobre las elecciones y, debe agregarse, a las tendencias naturales de los sectores medios a reafirmar su posición en la estructura social que ven amenazada por la movilidad social de los más pobres.
No debe excluirse, sin embargo, que las dificultades económicas que el país pueda sufrir los próximos años puedan jugar un rol importante. Es muy temprano para especular.
[1] Datos basado en la revision del FMI: Article IV Consultation, December 2018
[2] Sierra-Praely, I., Bolivia: las contradicciones en la politica ambiental de Evo Morales, Mayo de 2019 https://es.mongabay.com/2019/05/bolivia-evo-morales-politica-ambiental/
[3] Algunas consideraciones sobre los barrios cerrados y counties y su (no) relación con el medio ambiente, Foro del Río de la Plata, http://www.fororiodelaplata.com.ar/algunas-consideraciones-sobre-los-barrios-cerrados-y-countries-y-su-n
[4] World Repoprt 2017, Human Rights Watch, https://www.hrw.org/world-report/2017/country-chapters/bolivia
[5] Análisis de Integridad Electoral, Elecciones Generales del Estado Plurinacional de Bolivia, OEA, Octubre 2019
[6] Que Sucedió en el recuento de votos de las elecciones de Bolivia de 2019? Center for Economic and Policy Research, November 2019
[7] Advierten que detrás del golpe de estado en Bolivia podría haber interés por el litio, La Red, 11 de Noviembre de 2019 http://www.lr21.com.uy/politica/1414947-mujica-topolansky-golpe-estado-bolivia-litio
[8] Entre la Biblia y los Panama Papers, Quien es Luis Fernando Camacho: un “Bolsonaro” para Bolivia?, Rosario3, 13/11/2019 https://www.rosario3.com/politica/Entre-la-Biblia-y-los-Panama-Papers-quien-es-Luis-Fernando-Camacho-un-Bolsonaro-para-Bolivia-20191111-0014.html