Un Año de Gobierno en Argentina: Apretado Resumen

 Al Asumir el Gobierno. El nuevo gobierno recibió el país en crisis. En 2019  economía caía nuevamente en un 2 %, la inflación superaba el 50 %, había cesación de pagos en la deuda interna. La deuda externa con acreedores privados y el FMI era impagable en los términos convenidos.  La pobreza trepó al 35 % de la población. A los tres meses del nuevo  gobierno, la Pandemia golpeó al país,  como al resto del mundo.

Reacción, medidas Gubernamentales. El gobierno se concentró en atender las necesidades más urgentes de los sectores  pobres. Introdujo el plan alimentar que alcanzó alrededor de ocho millones de beneficiarios; su monto es modesto pero fue acompañado de otras medidas de ayuda a los más necesitados. También se proveyeron subsidios a las empresas afectadas para compensar un 50 % de los salarios durante la Pandemia.  Otras medidas incluyeron créditos subsidiados,  suspensión de cortes de servicios públicos por falta de pago, congelamiento de alquileres y suspensión de desalojos.

Los esfuerzos por reestructurar la deuda privada exterior dieron resultados positivos. Se renegoció el equivalente a US$ 66  mil millones, logrando una adhesión del 99 % de los acreedores. Se consiguieron ahorros por un equivalente a US$ 32 mil millones a través de reducciones en las  tasas  de interés.  Se iniciaron las negociaciones con el FMI.

El presupuesto para el año entrante fue aprobado. La economía sufrió una severa caída de alrededor del 10 % este año ocasionada principalmente por la Pandemia;  los ingresos del fisco se retrasaron  y los gastos del gobierno frutos de la circunstancias crecieron. El déficit del sector público se financió con la única fuente posible: la emisión monetaria. Esto genera presiones inflacionarias y empuja la demanda de dólares.  Junto a la pobreza, esas son las zonas más sensibles de la política económica. La suba interanual de los precios se desaceleró del 52 % a fines de 2019 al 35 % en Noviembre de 2020. Debe reconocerse que esto sucedió en el contexto de precios de servicios públicos congelados y otras medidas administrativas de control que ayudaron  a esa desaceleración. Como no podía ser de otra manera, la pobreza creció alcanzando el 41 % de la población en el primer semestre del 2020.

El gobierno encaró la lucha contra la Pandemia tempranamente. Una cuarentena más o menos estricta fue impuesta. La relajación de las restricciones y el cansancio social deterioraron los resultados inicialmente positivos. De todos modos, se ganó tiempo para adaptar el sistema de salud a las circunstancias evitando su colapso y manteniendo la ocupación de camas hospitalarias en niveles manejables, entre el 60 y 65%. Un programa de vacunación está próximo a iniciar. Los indicadores de contagio y fallecimientos se deterioraron hasta el mes pasado. Las muertes por millón llegan a 900; con valores muy superiores en la Ciudad de Buenos Aires (CABA).  Argentina es uno de los países más urbanizados del mundo lo que seguramente fue un factor  en la propagación del virus. Al escribir estas líneas, los indicadores de contagios y muertes tienden a mejorar.  Sin embargo, se teme que haya un nuevo brote como consecuencia del relajamiento veraniego. El impacto positivo de la vacunación podría tardar.

Mirando Hacia Adelante.  Pienso que las medidas tomadas en materia de economía y salud indican que el gobierno cuenta con un plan adaptado al momento y lo está implementando. Algunas variables, particularmente el tamaño del déficit público y la expansión monetaria para el 2021, probablemente deberán ajustarse en función de lo que se acuerde con el FMI. Se espera que la economía crezca en 2021 sin volver todavía a los niveles anteriores a la Pandemia.

Las medidas para proteger el medio ambiente son todavía muy incipientes. Es una gran deuda donde gobiernos provinciales, incluidos la Ciudad de Buenos Aires, tienen una cuota muy grande de responsabilidad. El proyecto con sanción de Diputados para evitar las prácticas especulativas con terrenos incendiados, prohibiendo su venta por períodos desde 30 a 60 años, es un paso positivo para la recomposición de suelo y eliminar incentivos a las quemas de campos. Sin embargo la privatización de bosques forestales y su consiguiente deforestación continúa. Esas actividades están generalmente bajo jurisdicción provincial. En muchas ciudades, los gobiernos locales también se abocan a privatizar terrenos fiscales disminuyendo las  posibilidades de aumentar espacios verdes. Es el caso de la CABA donde existe una agresiva política de privatización de terrenos públicos. Como resultado, la infraestructura sufre y los espacios verdes apenas alcanzan a un tercio o menos  del que recomiendan los organismos especializados como la Organización Mundial de la Salud. No se excluye que muchas de estas políticas de destrucción de espacios verdes esté asociada a prácticas corruptas.

Las instituciones, particularmente el Poder Judicial, son mayormente instrumentos de intereses poderosos y constituyen un freno al progreso social. En eso Argentina tampoco es un caso único. Es sabido que Jueces son designados de por vida, no rinden cuenta alguna de sus actos, gozan de privilegios que los unifica como corporación, han sufrido, o se han recostado, en presiones de sectores poderosos de los medios de comunicación. Es un poder muy ineficiente, lerdo  para impartir justicia. En el esquema actual, el Poder Judicial tiene facultades para desarticular políticas públicas decididas por los poderes Ejecutivos o Legislativos. La mayoría de los Jueces no pagan impuestos; solo los que asumieron a partir del 2017. El Poder Judicial no hizo esfuerzos para terminar con  la persecución a oponentes y la protección a los propios. Por ejemplo, el Fiscal Stornelli continúa en funciones a pesar de estar procesado. El  ex Presidente del Tribunal Supremo de Jujuy debió renunciar a raíz de conocerse una grabación donde él mismo reconocería que el encarcelamientos de Milagro Sala obedecía a motivo políticos. Además está acusado de abuso sexual. No se conoce de ningún avance en las investigaciones para aclarar y resolver ese caso. Igualmente, los casos de corrupción en la compra de barbijos o en las contrataciones de hoteles en la CABA con motivo de la Pandemia. Por otra parte, siguen en pie juicios por motivos estrictamente políticos como el llamado caso del dólar futuro, o el del Memorándum con Irán, que fuera aprobado por ley. Por supuesto que los casos legítimamente sospechados de corrupción deben ser investigados y penalizados. Pero existen más que sospechas que las declaraciones de acusados fueron guiadas para implicar algunas figuras políticas aún en casos que puedan revestir cierta seriedad.

Reflexiones  Finales. La economía y la salud están en mal estado. Pero pienso que están lo mejor posible dadas las circunstancias. Las críticas a las medidas adoptadas que he visto o leído no mejorarían la situación. En muchos casos tales críticas parecen meramente retóricas, carentes de operacionalidad en las presentes circunstancias. La  Pandemia no es, no será gratis por rápido que sea el rebote de la economía. Las expectativas de los sectores medios por recuperar sus ingresos rápidamente no podrán ser satisfechas plenamente. El empleo tardará en volver a los niveles pre-pandemia. La inflación disminuirá muy gradualmente en el mejor de los casos. También la pobreza. La mayor parte del globo experimentará estas condiciones, quizás con excepción de la elevada inflación de nuestro país.  Grandes ausentes que deberán encararse:  medidas para frenar el deterioro ambiental y transformar el decrépito sistema judicial.

Referencias