El último conflicto palestino-israelí ha mostrado, o quizás enfatizado, algunos elementos novedosos:
@ Proporcionó algo de “aire” tanto a Netanyahu como a Hamas. Netanyahu podría reunir más fuerzas para formar un nuevo gobierno y evitar la cárcel. Hamas puede mejorar su estatura como un sobreviviente rebelde y beneficiarse de alguna ayuda a la devastada Gaza;
@ El centro de la disputa esta vez fueron los derechos individuales y de propiedad, incluso religiosos, de Palestinos en Jerusalén y Cisjordania. Eso es lo que provocó el conflicto y el intercambio de cohetes que siguió;
@ La fuerte reacción de la población palestino-israelí adquirió una dimensión casi no vista antes. Del mismo modo, las huelgas en Cisjordania indican un mayor uso de protestas masivas algo diferente de las acciones militares. Reprimir movimientos de masas usando medios militares/policiales podría ser políticamente más costoso para Israel que un intercambio de cohetes, donde su superioridad es abrumadora. Es probable que movimientos de protesta masivos por parte de palestinos-Israelis, así como por Palestinos en los territorios ocupados, atraigan apoyo de un número cada vez mayor de judíos-israelíes, ansiosos por encontrar una respuesta duradera a la situación actual;
@ El apoyo incondicional de Estados Unidos a las políticas de Israel se ha debilitado mucho. El Partido Demócrata está cada vez más dividido sobre el tema. No solo el ala izquierda apoya más derechos para los palestinos;
@ No hay un apoyo creíble a la creacion de dos Estados como solución. Cada vez se acepta más la idea de que tal posibilidad no es viable. Por otra parte, un estado binacional, laico no parece viable en las actuales circunstancias; en el mejor de los casos, se lo ve con escepticismo. El entorno cultural y político dentro de Israel y, probablemente dentro de los territorios ocupados, es reacio a la creación de un estado binacional como solución. Por lo tanto, el atatus-quo continuará por un tiempo. Es muy probable que las condiciones de vida en Cisjordania y Gaza se deterioren aún más;
@ Dos eventos podrían cambiar radicalmente la situación. En primer lugar, el surgimiento de un movimiento masivo integrado por palestinos-israelíes, palestinos de los territorios ocupados y segmentos importantes de la población judía-israelí. No está claro si tal movimiento emergerá y, mucho menos, cuando. En segundo lugar, un cambio sustancial en las políticas estadounidenses hacia Israel. Eso parece aún menos probable en este momento.