Los convocaban los años y el hartazgo del confinamiento cotidiano. Se juntaban cada dos o tres semanas para hablar de cualquier cosa. Todos llevaban a cuestas los achaques del tiempo y a varios los disminuía alguna falta: uno era tuerto, …
Los convocaban los años y el hartazgo del confinamiento cotidiano. Se juntaban cada dos o tres semanas para hablar de cualquier cosa. Todos llevaban a cuestas los achaques del tiempo y a varios los disminuía alguna falta: uno era tuerto, …