Algunas Conclusiones Preliminares (8 de marzo de 2022)
Primero, el resentimiento de los ucranianos hacia Rusia determinará cualquier resolución futura de la guerra. La población de algunas áreas como Donetsk y Luhansk, ahora naciones autoproclamadas independientes, parecen ser la excepción. Pero en el resto los invasores no cuentan con el apoyo de la población civil, ni siquiera entre los rusos étnicos. Por lo tanto, no hay lugar para un “cambio de régimen” en Kiev.
En segundo lugar, la invasión avanza más lentamente de lo que esperaban la mayoría de los observadores; sin embargo, no sabemos si ese era o no el plan original. No olvidemos que durante la invasión de Irak, el ejército de los EE. UU. tardó veinte días en ingresar a Bagdad, a pesar de que el mismo fue precedido por fuertes ataques aéreos conocidos como “Conmoción y pavor”. Mi impresión es que Rusia inició la invasión con menos agresividad, probablemente para minimizar la oposición. Ahora sus ataques son cada vez más letales. Según la ONU, el número de civiles asesinados al 7 de marzo de 2022 alcanzó las 408 personas. El número real puede ser mucho mayor. Una verdadera tragedia. El número de personas muertas después de 10 días de guerra en Irak fue, según la mayoría de las estimaciones, mucho mayor. Esto puede ilustrar dos estrategias diferentes para derrotar a los ejércitos enemigos.
En tercer lugar, la OTAN y los EE. UU. se han fortalecido como respuesta a la invasión rusa. Los presupuestos militares en Europa van en aumento. Occidente está prácticamente unificado en la condena de la invasión. En algunos aspectos, la invasión proporcionó a EE. UU. y la OTAN una especie de “renovación”, al menos por un tiempo. No hace falta decir que el complejo militar-industrial es un gran ganador.
Cuarto, después de trece días de lucha, las negociaciones entre Rusia y Ucrania no parecen haber avanzado mucho. Parece que al final Ucrania accederá a la demanda principal de Rusia: no ser miembro de la OTAN. Sin embargo, las demandas de cualquiera de las partes pueden cambiar en respuesta a las realidades sobre el terreno, incluida la situación interna en Rusia.
Quinto, las sanciones dañarán la economía rusa. ¿Harán cambiar de opinión a Putin? La historia nos dice que es poco probable. Incluso si se reemplaza al gobierno ruso, los nuevos líderes pueden insistir en que Ucrania sea neutral. Europa también sufrirá a raíz de las sanciones impuestas a Rusia y, además, soportara la carga de millones de refugiados que abandonan Ucrania. La inflación en los EE. UU. puede acelerarse, particularmente en relación con los alimentos y la energía. El mundo en general también sufrirá los aumentos de precios. La recuperación económica podría desacelerar. Los gobiernos sentirán el impacto político de estos eventos.
Sexto, EE. UU. y Europa respaldan la lucha de Ucrania contra Rusia mediante el suministro de armas y, probablemente, de voluntarios. Es poco probable que este apoyo cambie el resultado de la guerra; puede que sólo lo retrase. Por lo tanto, la pregunta clave es: ¿Debe ser la estrategia de las grandes potencias presionar para que se negocie el fin del conflicto? ¿O deberían seguir brindando apoyo para prolongarlo? Esto último será costoso para la población ucraniana y para Rusia.
Séptimo, Rusia ha estado reprimiendo a los manifestantes contra la guerra y ha introducido una especie de ley marcial para encarcelarlos. (La ley marcial existe en la mayoría de los países, pero generalmente solo se aplica cuando se lleva a cabo una declaración formal de guerra). Si las manifestaciones aumentan, podrían representar un gran riesgo para el gobierno de Putin. La evidencia muy dispersa sugiere, sin embargo, que la mayoría de los rusos apoyan la invasión como necesaria para proteger a su país de una amenaza existencial. El discurso en occidente, en cambio, ha sido bastante uniforme. La mayoría de la gente repudia la invasión. Los medios, hay que reconocerlo, no han dado voz a las opiniones disidentes. La demonización predominante de Putin es el centro del discurso político. La demonización de Putin ha sido un sustituto de la verdadera discusión de políticas.
Octavo, el repudio a la invasión no debería impedirnos reconocer las legítimas preocupaciones de seguridad de Rusia. Esas preocupaciones incluyen la posible inclusión de Ucrania en la OTAN y la instalación de armas letales en Ucrania. (El suministro de armas letales se lleva a cabo desde la administración Trump). Pero de todos modos las guerras preventivas no son legitimas, incluida la invasión de Irak y el bombardeo de Libia. Los medios aparentemente han evitado cualquier referencia a estos ejemplos al discutir las acciones rusas en Ucrania.
Noveno, la inflación concentrada en productos energéticos y alimentarios afectará negativamente a China, pero no sabemos en qué medida. En otros aspectos, es posible que China no sufra, sino que se beneficie. El fortalecimiento de Estados Unidos y de la OTAN no favorece geopolíticamente a China, pero el país es confiable (comercialmente) y ha sido predecible en sus políticas. Por lo tanto su expansión económica continuará. Además, EE. UU. estará demasiado ocupado con Rusia para concentrarse en Asia por un tiempo.